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Es la primera vez en treinta años que se espera que la ceremonia de entrega de los Óscar se celebre sin presentador después del retiro del actor y humorista Kevin Hart, tras una controversia por antiguos tuits considerados homofóbicos. Los organizadores de la ceremonia no lo han anunciado oficialmente pero varias fuentes de la industria cinematográfica confirmaron que los preparativos de la 91 edición del Óscar, el 24 de febrero, no contempla a ningún animador debido a que no pudieron encontrar un remplazo. Por primera vez desde 1989, el espectáculo se verá privado de un presentador que garantice la transición entre la entrega de estatuillas y las intervenciones humorísticas. Según algunos profesionales, pese al descontento del público que esto puede generar en el público, se trata de una buena noticia. «No hay mal que por bien no venga porque la gente ha estado diciendo desde hace años que ese formato
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