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El colapso de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en diciembre del 1991 puso fin a la “guerra fría”, con sus múltiples componentes ideológicos, políticos y económicos. Una guerra entre los dos grandes bloques geopolíticos que se amenazaban con la “destrucción mutua asegurada” (MAD). Sin embargo, estas potencias eran capaces de seguir combatiendo en guerras limitadas a territorios “periféricos” y contra pueblos pobres y atrasados. El “complejo militar-industrial”, denunciado por el presidente Eisenhower en su discurso de despedida en 1961, seguía generando enormes ganancias. Los impresionantes avances tecnológicos han transformado radicalmente al mundo. La industria de la “guerra” no…
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