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Cabalgan sobre el lomo de la injusticia Helmer Velásquez Tuit Tampoco se conmueven frente a un niño famélico. La desnutrición es un castigo severo, con secuelas a perpetuidad. Lo paradójico es que “el condenado” a padecerla, nada ha hecho para merecer semejante pena. Pronto cobrará conciencia, que su delito fue nacer en rancho pajizo, hijo de familia despojada de la tierra y que su vecino sea un fundo de agroexportación, que se apropia de tierra y agua. Que su papá trabaja tres meses al año para el fundo, con jornada de doce horas diarias y gana al mes dos mil…
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