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Ahora que la impunidad es la ley en Guatemala, empieza la población a sufrir las consecuencias directas de perdonar a los ladrones del erario público que al quedar impunes, mandan un mensaje a los ladrones comunes que ahora entran a robar a las casas como Juan por su casa, sin temor a ser perseguidos por sus iguales que gobiernan. Viene al caso este tema por las noticias cada vez más frecuentes de robos a casas en vecindarios pudientes pero también el aumento de todo tipo de delitos comunes que sufre el ciudadano de a pie. El aumento de la criminalidad es un efecto directo de haber elevado la corrupción y la impunidad a políticas de Estado en los últimos tres gobiernos. Volaron de un plumazo los avances que tantos años costó conseguir en la Policía Nacional que ahora es una institución tan débil y precaria que hasta en videos en
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