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Antes, se decía ¨el tiempo es dinero¨. Hoy, es tu atención la que vale oro. Vaya si no. Es inevitable avalancha de información dispersa que te acapara. El obtener tu interés, en cualquier comunicación, sobre un tema banal o noticia es lo más codiciado. ¿Para qué? Para despertar una inclinación suficiente y llenar múltiples objetivos ajenos. Lo imperativo es descubrir si te das cuenta, cómo te afectan estas poderosas acciones que están reteniendo tu caudal más valioso o lo estás desatendiendo. Lo vital es ser tu propio observador. Si no, estás inconsciente, actúas en el nefasto automático reactivo pavloviano y entregas el control de tu vida a decisiones ajenas. ¿Cuáles podrían ser los objetivos para utilizar tu falta de atención? Uno de los más obvios es tu dinero o poder de decisión. Lo que quieren es que adquieras el servicio o producto anunciado. Te persiguen y acosan, hasta
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