Julio Penados
El imprescindible
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El imprescindible
Julio Penados del Barrio es un amigo entrañable. Lo conocí hace más de 30 años. Su casa en El Encinal (Mixco) era el refugio perfecto para el puñado de bohemios que éramos entonces. De ahí salíamos con demasiada frecuencia en la madrugada rumbo a Atitlán sin haber pegado el ojo durante la jornada y queriendo darle la espalda al sol. Más tarde, cuando fueron aterrizando mis hijos en este mundo, qué mejor pediatra que Julito. Puntuales acudíamos con Helani a las vacunaciones de los chicos en su clínica de la 6 calle y 3 avenida de la zona 1. Su diagnóstico siempre fue exacto. No hacía falta que examinase a los niños; con la mera descripción de los síntomas recomendaba el tratamiento justo. Pero no se puede hablar de Julito sin aludir a doña Any -como le decimos en casa-, su compañera de vida durante más de seis décadas. Dicen
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