Brujerías
Lado B
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Lado B
La primera bruja de “verdad” con la que me encontré en mi vida era una señora simpatiquísima a la que recuerdo con mucho cariño. Por cuestiones del azar fuimos vecinos y me regalaba botellas de agua bendita para que limpiara de espantos los rincones de mi casa. Una residencia tan chiquita que a mí me bastaba con dos vasos para dejarla limpia, bendecida y reluciente. Cada tarde me contaba historias alucinantes que me juraba, con el índice y el pulgar en cruz sobre la boca, haber vivido o presenciado. La mayoría eran versiones, muy personales, de los cuentos de aparecidos,…
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