Un diplomático guasón
El diplomático debe ser valiente.
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El diplomático debe ser valiente.
Un ilustre diplomático francés —medio en serio y medio en broma— solía declarar que no es indispensable ser inteligente para ejercer con éxito dicha función, pero que por el contrario era imprescindible ser cortés. El embajador Berthelot era sin duda un inveterado guasón, pero en realidad cabe preguntarse qué tanta inteligencia y, sobre todo, qué tipo de ella se requiere en tan compleja actividad. Se puede considerar que el tacto, la discreción, la prudencia son aptitudes diplomáticas que forman parte de un cierto género de inteligencia. Pero existen otras cualidades que surgen de la vocación misma del diplomático, tales como…
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