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La devoción de los fieles católicos guatemaltecos por la Virgen del Rosario se remonta a la época colonial, cuando los dominicos se establecieron en 1529 en la capital del Reino de Guatemala, hoy Ciudad Vieja, para difundir las enseñanzas de Santo Domingo de Guzmán, a quien, según la tradición católica, la Virgen María había enseñado a rezar el rosario. Según nos refiere el padre Juan Rodríguez Cabal, estudioso de la vida dominica en Guatemala, el 1 de noviembre de 1559 se fundó en Santiago la primera cofradía del Rosario, siendo su primer cofrade nada menos que el obispo Francisco Marroquín. Ya para finales del siglo dieciocho, cuando la capital del Reino aún no había sido azotada por los terremotos de Santa Marta, se tiene registro de que en Guatemala había ya más de ciento veinte cofradías dedicadas a la devoción del rosario, y que en muchos lugares de la Capitanía,
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