Por el contrario, la vieja política se arraigó en un sistema ineficiente de partidos políticos, que en vez de trabajar por el pueblo en un gobierno del pueblo por el pueblo, se dedicó a trabajar por sus propios intereses y como primer paso torpedearon el espíritu constituyente con la prostituida reforma constitucional de 1993, la que nos robó la independencia financiera del Estado, las elecciones a medio periodo para que sirvieran de referéndum sobre el actuar del gobierno, la independencia judicial y corporativizó la elección de funcionarios públicos, llegando al colmo de que son universidades privadas con fines de lucro…