El domingo 13 de abril de 1829, el hondureño Francisco Morazán, al frente del “Ejército Aliado Protector de la Ley”, tomó por las armas a la ciudad de Guatemala y encarceló al Presidente y al Vicepresidente de la República Federal, los ciudadanos Manuel José Arce y Mariano de Beltranena, respectivamente; así como al poderoso Jefe del Estado de Guatemala, el verdadero titiritero detrás del drama, Mariano de Aycinena. Era el final del segundo acto de una tragedia en tres actos que destruyó a nuestra Patria Grande, Centroamérica. En el primer acto, el Clan Aycinena conspiró para hacer una Independencia sin República (1821) y así anexarnos al régimen monárquico (1822) que encabezó Agustín de Iturbide en México. Al derrumbarse ese complot (1823), la presencia de las tropas de Filísola en Chiapas (originalmente “invitadas” a nuestro territorio por el Clan Aycinena para apoyar su confabulación) fueron decisivas para la separación de esa