Un símbolo entre nosotros del buen samaritano se nos ha ido
Su compasión fue de veras ilimitada, hacia el íntimamente conocido o hacia el por completo desconocido.
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Su compasión fue de veras ilimitada, hacia el íntimamente conocido o hacia el por completo desconocido.
El 21 de mayo se nos fue uno de los buenos samaritanos más impresionantes que he conocido, el doctor Juan José Hurtado. Su entera vida estuvo enderezada al alivio de cualquiera forma de dolor entre los humanos, pues su afán fue precisamente ese: reducir en todo lo humanamente posible el sufrimiento ajeno. Por ello fue siempre un hombre de paz, de tolerancia, de justicia… En una ocasión el general Ríos Montt, otro hombre no menos sufrido, lo encarceló con el grotesco pretexto de que el doctor Hurtado era “comunista”. Así lo hizo público por la televisión abierta. Al respecto yo tuve sentimientos encontrados porque también consideraba al general Ríos Montt una víctima temprana de otro complot para arrebatarle su elección a la presidencia de la República, postulado en aquel entonces por el partido de la Democracia Cristiana. Un abuso de un abusado por otro abusado “ambos” dentro de un hipotético
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