El regreso de Baldizón
A la masa la mueve el delirio.
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A la masa la mueve el delirio.
Entre las figuras políticas nacionales hay personajes a lo Juan Chapín, mesiánicos, pícaros o desvergonzados, que han transgredido los límites racionales. La población consciente prefiere la seriedad y capacidad, pero a la masa la mueve el delirio. Tal fue el caso del petenero Manuel Baldizón, abogado y empresario hotelero a quien lo sedujo la práctica de la política, ambicioso y voluntarioso, sin barreras, que empezó su carrera siendo muy joven, porque en sus treintas fue dos veces diputado, representando a partidos diferentes, previo a lanzarse a la presidencia con 41 años de edad, en 2011, por su propio partido LIDER. No era conocido ni garantizaba interés a simple vista, pero pronto dio de qué hablar con sus ocurrencias, porque ofreció llevar a Guatemala al siguiente Mundial de Fútbol. Promesa ingenua que funcionó, porque de golpe levantó conocimiento y simpatía, y será por dicho motivo que reclutó más adelante al Pescadito
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