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Recuerdo –con agradecimiento–, el apoyo que el primer fiscal general, Ramsés Cuestas Gómez –amigo querido, su familia e hijos–, nos pidieron a un grupo de abogados relativamente jóvenes –en ese tiempo rascábamos los 35 años–, cuando el entonces presidente de la República, Ramiro De León Carpio –presidente designado como consecuencia del autogolpe de Serrano Elías–, decidió la remoción de Cuestas Gómez sin apegarse a la normativa constitucional y ordinaria y que desembocó en que la Corte de Constitucionalidad de ese entonces otorgó, tanto el amparo provisional como el definitivo que solicitamos en defensa de la Fiscalía del Ministerio Público, teniendo…
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