Ni chicha ni limonada: el candidato ideal
Entre menos se posicione un candidato más probable es que le esté vendiendo gato por liebre.
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Entre menos se posicione un candidato más probable es que le esté vendiendo gato por liebre.
Con el fin de los proyectos ideológicos y de nación, los partidos políticos comenzaron a aglutinarse alrededor de una sola cosa: el candidato. La simpatía, la comunicación política y el carisma personal le permiten a un partido dejar de lado el programa electoral. Siempre y cuando el candidato sea vendible se le puede tocar a cada grupo el son que prefiera. Sin embargo, el que promete de todo nada cumple. Otorgar un cheque en blanco a quien se autonombra moralmente superior es jugar a la ruleta rusa con la tiranía y nos ha llevado a perder los ideales constituyentes de…
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