La anexión de Crimea a Rusia estaba planificada con el riesgo calculado de la reacción occidental, sujeta al entorno de la crisis que afecta al sistema, sin excluir la dependencia europea del gas ruso, especialmente de Alemania, vital para el crecimiento de su economía. Los gobiernos se limitaron a responder con la retórica acostumbrada y, con prudencia, aplican sanciones graduales. La razón histórica invocada por Rusia y la ubicación estratégica de esa península, que alberga su flota naval del mar Negro, no justifica el método utilizado, montando un drama con referéndum incluido, que se repite en otras regiones de Ucrania,…