La democracia de fachada
Juzgue el lector el grado de avance hacia una democracia de fachada.
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Juzgue el lector el grado de avance hacia una democracia de fachada.
Hace muchos años Mario Solórzano, en su libro Guatemala, autoritarismo y democracia, calificó como democracias de fachada a los regímenes políticos dominados por gobiernos militares en Centroamérica. La dictadura militar que dominó a Guatemala entre 1970 y 1985 era un ejemplo. ¿Estaremos caminando hacia algo similar? Las denuncias acerca del peligro de un fraude electoral me hacen recordar uno de los rasgos de ese régimen que Solórzano identificaba. El fraude electoral más evidente fue el de 1974, cuando le robaron el triunfo en las urnas a una amplia alianza de oposición democratacristiana, socialdemócrata y de otras tendencias. Las denuncias actuales anuncian un fraude más gradual o liviano, como prohibir la participación de ciertos candidatos o partidos antes de las elecciones, pero el resultado sería el mismo: no respetar la voluntad de las mayorías. Veamos otros rasgos de la democracia de fachada. Mario Solórzano constataba que al no contar con apoyo
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