Carta a los universitarios
No hay dónde perderse: ignominia o academia.
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No hay dónde perderse: ignominia o academia.
Por sus altas responsabilidades nacionales, la universidad estatal recurrentemente es interpelada por historia y sociedad. Frecuentemente se ha visto confrontada con sátrapas y oligarcas, escenario en el cual los universitarios: hombres y mujeres, han sabido enarbolar: intelecto probo y comprometido con causas nobles, populares y democráticas. Es por eso —por la actitud firme de sus mejores hijos— que la universidad goza de aprecio y credibilidad entre amplios sectores del pueblo. También es conocido que existen oscuros momentos en que la decadencia ha rasgado las vestiduras de la carolingia. Algunos de sus hijos han bebido los cálices de la inmundicia, defendiendo…
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