La justicia de los agresores no es justicia
El rompimiento institucional no garantiza que algo nuevo reemplazará a lo viejo.
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El rompimiento institucional no garantiza que algo nuevo reemplazará a lo viejo.
Lo que hoy sucede en Ucrania, aunque Putin y sus corifeos esbocen hábilmente cientos de excusas para justificar sus actos, atenta contra los principios fundamentales sobre los cuales descansa el orden reinante desde finales de la Segunda Guerra Mundial. La diferencia, esta vez, es que la violación a estos principios de pacífica convivencia entre las naciones ocurre en el mismo corazón de Europa; escenario de la barbarie de las dos grandes guerras del siglo pasado. En el plano simbólico, lo sagrado es profanado; una transgresión de los ideales que inspiraron la arquitectura institucional que ha reinado durante los últimos 70…
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