El tiempo pasa sin pedir permiso y los sueños de los niños y jóvenes de acceder a una educación de calidad se evaporan. La responsabilidad de los maestros y las autoridades se pierde en un laberinto en el que destaca un rifirrafe constante por mejoras salariales, sin el contrapeso de una formación cualitativa de los mentores, trasladando con mística sus conocimientos a los alumnos. Al parecer, no les interesa recordar que la mayor pobreza del ser humano es la ignorancia, herida social que en Guatemala se toca con la mirada. La educación es pilar fundamental en el desarrollo del país,…