Gabinete venido a retrete
Nada de esto estaría pasando si el Gobierno tuviera una cabeza con dirección.
Publicidad
Nada de esto estaría pasando si el Gobierno tuviera una cabeza con dirección.
La alta rotación de ministros en este gobierno que entran y salen, con muchas penas y nada de gloria, es uno de los tantos indicadores del fracaso en la gestión de este gobierno, que sigue dando palos de ciego degradando la función pública hasta hacerle parecer más bien un retrete. Esta semana se anunció la salida de los ministros de Relaciones Exteriores y Gobernación, sin siquiera dar una explicación sobre su remoción. Como si se tratara de simples empleados, son removidos sin rendir cuentas de sus actos, saliendo por la puerta de atrás. Tratándose de personas sin trayectoria que justificara su nombramiento, la única explicación lógica es que llegaron allí por amiguismo, desempeñándose como meros mandaderos de órdenes presidenciales. El de Gobernación sale con el estigma de haber sido el primer ministro en reprimir una manifestación pacífica en la era democrática. Su salida se da en medio de frustradas compras
Publicidad
Publicidad