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La semana pasada en las páginas de opinión de este diario se publicó una columna homofóbica que comenzó criticando el matrimonio gay y terminó reproduciendo un discurso de odio. Esta no es la primera vez en este diario que se publican escritos de columnistas con argumentos de este tipo, es más, encontrar columnas sexistas, racistas y discriminadoras es usual en todos los medios de comunicación guatemaltecos donde los espacios de opinión están dominados por hombres ladinos heteronormados y donde las voces diversas en términos de etnicidad, género o preferencia sexual son casi inexistentes. Las narrativas homofóbicas de odio en la región latinoamericana no son nuevas y están atadas al proceso colonial de invasión e imposición del cristianismo. Por lo tanto, en Guatemala, la criminalización de la población LGBTIQ+ es histórica, y ha ocurrido aún en periodos progresistas como lo fue el periodo revolucionario de 1944. Sin embargo, el proceso se
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