¡Muchas gracias, “Muso”!
Valga todo esto como una felicitación de Año Nuevo para mis apreciados e inmerecidos lectores.
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Valga todo esto como una felicitación de Año Nuevo para mis apreciados e inmerecidos lectores.
El doctor Manuel Ayau Cordón, ingeniero mecánico, murió hace ya 11 años. Y su fiel esposa, Olga, hace un año atrás. Sus hijos todos, hombres y mujeres de bien, continúan con sus vidas laboriosas y discretas. Entonces, ¿a qué viene ahora felicitarlo? Porque soy un creyente en un Dios que por hallarse fuera del tiempo nos resulta asequible a todos en cualquier momento. Y así, ese momento determinado se me hace vehículo para lo eterno, una de las grandes verdades, sea dicho también de paso, de la fe en Cristo. Bajo tal entendido felicito de nuevo aquel gran hombre, guatemalteco…
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