La actitud “woke” y las Olimpiadas
Me fascinaba por el espíritu de la competencia olímpica.
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Me fascinaba por el espíritu de la competencia olímpica.
La primera vez que oí de las Olimpiadas fue en 1968, cuando se celebraron en México. Eran el gran tema en el colegio. Me llamaban la atención los clavados, el decatlón, el salto ecuestre y la gimnasia. Imagínate lo que era ver aquellas competencias con la calidad de televisión de aquel tiempo. A mí, que nunca fui deportivo, me fascinaba por el espíritu de la competencia olímpica —no una para vencer a otros, sino para la superación y el perfeccionamiento de los atletas frente a sí mismos—, que es lo que nos explicaban en el colegio. El juego limpio y…
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