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Cuando la administración encabezada por el presidente Biden anunció la disponibilidad de orientar US$4 mil millones para contener el fenómeno migratorio, a cambio de mayores compromisos en favor de la lucha contra la impunidad, el fortalecimiento institucional y otras medidas complementarias, las principales expresiones de poder vieron la posibilidad de ser ellos los grandes beneficiados con semejantes cantidades. En lugar de crear o al menos mostrar interés en establecer un proceso de diálogo amplio en búsqueda de respuestas integrales, el asunto se ha convertido en competencia por el acceso a los recursos, para que finalmente los cambios deseables nunca lleguen. …
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