Los deberes políticos de la memoria
Ya es hora de que la sociedad guatemalteca no siga internalizando el guion indignante de sus opresores de siempre.
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Ya es hora de que la sociedad guatemalteca no siga internalizando el guion indignante de sus opresores de siempre.
La aciaga mañana del 5 de agosto de 1939, el régimen franquista fusiló a 13 mujeres jóvenes que pasaron a ser conocidas como las “13 rosas” —sus compañeros de infortunio, en ese trágico día, se recuerdan como los “43 claveles”. En las horas previas a su ejecución, Julia Conesa, costurera de apenas 20 años, escribía a su madre una breve e intensa carta que finalizaba con el ruego de “que mi nombre no se borre de la historia”. El pueblo español no ha dejado de honrar año con año esa petición al recordar nombre por nombre la abominable ejecución de…
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