La Antigua Guatemala con los calzones a media asta (I)
A solo 60 días el alcalde Del Pozo hace todo para que lo aborrezcan.
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A solo 60 días el alcalde Del Pozo hace todo para que lo aborrezcan.
El que La Antigua Guatemala esté con los calzones a media asta es una metáfora muy creativa del exconservador José María Magaña de quien la tomé prestada. El alcalde Víctor Hugo del Pozo y su Concejo municipal, salvo alguna excepción, han decidido acabar con ese Patrimonio de la Humanidad, armados con un arsenal de política, religión evangélica y comercio de dimensiones fantasiosas. La popularidad del alcalde que comenzó con apenas un 19 por ciento va peor que avión en picada. Con el voto favorable del alcalde Del Pozo, el Concejo decidió cambiarle de nombre a una calle, renombrándola como Jerusalén, no obstante que en una Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad las calles deben conservar los nombres históricos. La sustitución parece que fue realizada por convicciones evangélicas esotéricas. Las decisiones políticas no deben adoptarse por motivos religiosos. Así, el traslado de la embajada de Guatemala a Jerusalén, Jimmy lo realizó
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