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Existe la pretensión injustificable –cambiando la base del cálculo– de asignar más de Q7.2 miles de millones (millardos) extra del Presupuesto del Estado, para la inútil dirigencia del deporte nacional, para las municipalidades y para la Universidad de San Carlos de Guatemala. Es una verdadera atrocidad y una aberración destinar esta cifra astronómica en tres genuinos agujeros negros, capaces de engullir vorazmente, en medio de una orgía de corrupción, cualquier cantidad de recursos multimillonarios sin disminuir ni atenuar las enormes brechas y déficit sociales de Guatemala y más bien expandir la corrupción. Esta asignación monstruosa reducirá significativamente las inversiones en educación, salud e infraestructura, indispensables para el progreso del país y forzará el crecimiento de la deuda pública, que ya de por sí desde 2007, trae consigo un ritmo de crecimiento vertiginoso. Todo apunta a que en 2030, en lugar de aprovechar un bono demográfico, experimentaremos una crisis humanitaria de
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