He tenido la buena fortuna de conocer a la mayoría de los Presidentes de Guatemala, de 1945 a la fecha. Con algunos apenas crucé un par de palabras y con otros tuve amistad. Con el Doctor Juan José Arévalo hablé tres veces. La primera vez que le vi y “hablé”, fue en un acto en la Escuela Politécnica; mi padre, el Coronel Enrique Parrinello, era Director de la misma. Hubo un show que consistió en el aterrizaje y despegue de un helicóptero, en esos años esas naves no se veían. El espectáculo estaba presidido por el Presidente. Yo, un niño de kindergarten, que por ser hijo del Director de la Escuela estaba con él a unos dos metros del Presidente. Quedó grabada en mi mente la imagen de aquel hombre alto, robusto, de mirada recta y clara. En esa oportunidad que vi al Doctor mi padre me llevó junto a