Atrás de la broma o el chiste cruel, siempre se oculta algo, cuando no es la incapacidad, es la subestimación del pueblo, creyendo que el pan y el circo son suficientes para gobernar, pues considera a todos los ciudadanos ignorantes e incapaces de comprender la “obra” que realizan y las “grandes cualidades” que poseen. Por eso, cada discurso del Presidente y cada iniciativa de los diputados, además de provocarnos incredulidad, provocan rechazo y condena y hasta vergüenza frente a la Comunidad Internacional que es testigo del bochorno que hacen los funcionarios guatemaltecos, en el desempeño de sus respectivas funciones. Las últimas palabras del Presidente, que “cualquiera puede gobernar el país” es una muestra de ello, como lo son los “valientes” ataques al Secretario General de Naciones Unidas y las insistentes acusaciones a la CICIG, actuando como vocero del pacto de corruptos, y que ahora desde el Congreso que les