Buenas obras, buenas personas
“Para lograr grandes cosas debemos no sólo actuar, sino también soñar; no sólo planear sino también creer”.
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“Para lograr grandes cosas debemos no sólo actuar, sino también soñar; no sólo planear sino también creer”.
“Para lograr grandes cosas debemos no sólo actuar, sino también soñar; no sólo planear sino también creer”. La frase de arriba, del célebre escritor y periodista francés Anatole France, Premio Nobel de Literatura en 1921, resume bien una ruta que transitan con éxito unos pocos. Son aquellos que consiguen que su trayectoria, fundada en principios, valores y convicciones firmes, permite que sus anhelos y expectativas cuajen y se hagan realidad. Encarna la esencia de quienes tienen la visión, la capacidad y el temple para concretar sus propósitos. Se trata de personas con un don especial. Ellas y ellos se plantean retos ambiciosos. Idean estrategias y planes de vuelo. Sueñan grandes proyectos. Saben en dónde están parados, pero eso no los inmoviliza. No tienen miedo al cambio y manejan la incertidumbre. Se imaginan mundos alternos. Tienen los pies en la tierra, pero los ojos puestos en el firmamento. Concilian la búsqueda
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