“Aquí no se arregla nada hasta que no se arregle todo”
En Guatemala ya no es suficiente el chapuz ni el remiendo, hace falta una visión de cambio integral que haga operativo el aparato estatal.
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En Guatemala ya no es suficiente el chapuz ni el remiendo, hace falta una visión de cambio integral que haga operativo el aparato estatal.
Con esa frase célebre que hacía alusión a las reformas que proponía para refundar el Estado costarricense a mediados del siglo pasado y que llegaron a ser el pilar de Costa Rica moderna, Pepe Figueres justificaba magistralmente cómo salir de un estado de cosas donde nada funciona, a otro donde las cosas puedan tomar un orden. En Guatemala ya no es suficiente el chapuz ni el remiendo, hace falta una visión de cambio integral que haga operativo el aparato estatal inspirado en los mejores estándares y prácticas de gerencia pública. El crecimiento económico y el desarrollo requieren de una administración pública efectiva y eficiente y cortar con los esquemas clientelares y de cooptación que fueron creciendo dada la ausencia de una buena gestión de los recursos humanos que se siguen seleccionado en base a preferencias personales y de hacer negocio con el erario público. Las instituciones que creamos con la
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