Difícil batalla contra la corrupción
Por más efectiva que pueda resultar una acción aislada en contra de este mal, siempre resultará insuficiente frente al carácter sistémico del mismo.
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Por más efectiva que pueda resultar una acción aislada en contra de este mal, siempre resultará insuficiente frente al carácter sistémico del mismo.
La evidencia habla por sí sola: más de dos décadas de registros dan cuenta que la calidad de la gobernanza en la región es peor ahora que en 1996. Guatemala difícilmente es la excepción. Según los Indicadores de Gobernanza Mundial, la región latinoamericana en 2017 registra valores inferiores al promedio mundial en casi todos los componentes de este índice; en lo que concierne específicamente al control de la corrupción, la región se encuentra en desventaja frente a países con niveles similares de desarrollo. Preocupante situación de cara a los retos que afronta la región en materia de desarrollo, sostenibilidad fiscal, productividad, innovación y estabilidad financiera. Los efectos negativos de la corrupción van desde el mal manejo de empresas estatales tipo PDVSA o Petrobras, hasta las consecuencias de la deficiente operación de puertos y aduanas; desde los macrorriesgos hasta lo microinstitucional, pasando por el debilitamiento de la confianza que los
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