La inmovilidad ideológica
Justamente cuando más urgidos estamos de nuevas ideas.
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Justamente cuando más urgidos estamos de nuevas ideas.
No cabe la menor duda que América Latina no está pasando por uno de sus mejores momentos. Vientos huracanados parecen moverse de Norte a Sur, quebrando una tranquilidad que nunca ha sido más que aparente. Puedo imaginar la claustrofobia que implica vivir en el Brasil de Bolsonaro, o el miedo en la represiva Nicaragua. Aquel esperanzador tránsito a la fortaleza institucional que nos alentó, se lo comió la fuerza de las torres de dinero del narcotráfico, o el rapaz neoliberalismo. Nos convirtieron en corredor para sus negocios y para los migrantes que esta rapacidad expulsa. Ante la dureza del dinero, se han doblegado gobiernos, sistemas de justicia, economías y la aparente impecabilidad de empresarios, ahora más interesados en cubrir las huellas de su corrupción que en construir naciones. Estos tiempos carecen de muchas cosas, pero sobre todo, carecen de respuestas. Las instituciones que pudieron habernos protegido, no están allí.
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