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El sindicalismo público, para variar, vuelve a dar malas noticias. Esta vez no fue producto de la suspensión del ciclo lectivo o una huelga hospitalaria, sino de lo que parece ser la raíz de todos los abusos del sindicalismo público: corrupción en el proceso de suscripción de pactos colectivos de condiciones de trabajo. El escándalo del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud de Guatemala no solo involucra a dirigentes del referido sindicato, sino también a dirigentes de organizaciones sociales como el intransigente Frente Nacional de Lucha, así como a consumados defensores del movimiento sindical. Según se informó, el abogado sindical se recetó la friolera suma de Q14 millones por sus servicios, emulando lo que antes hizo varias veces el polémico, pero bien conectado, asesor jurídico de la Asamblea Nacional del Magisterio; monto que salió de fondos que habían sido asignados para hospitales nacionales y que terminaron en manos de los
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