Flexibilidad e institucionalización
El más alto costo de la rigidez es el costo de oportunidad, que desgraciadamente no puede medirse.
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El más alto costo de la rigidez es el costo de oportunidad, que desgraciadamente no puede medirse.
El grado de institucionalización de una empresa debe ir acompañado de su crecimiento. Una empresa puede mostrarse sobre-institucionalizada o sub-institucionalizada, si la complejidad de su organización, sus sistemas y estructuras, no van acordes con su dimensión y su ritmo de crecimiento. La discordancia entre la complejidad organizacional y el tamaño y crecimiento del negocio puede afectar seriamente a su flexibilidad, es decir, a su capacidad de aprovechar a cabalidad las oportunidades para generar, multiplicar y capturar valor. Hemos dicho que los procesos de institucionalización siguen una forma y un fondo. La forma cobra vida a través de integrar ejecutivos y mandos medios, de crear estructuras humanas cada vez más sofisticadas y de diseñar e instalar sistemas de operación y control. El fondo de la institucionalización se centra en el ejercicio del poder de manera compartida. Este fondo ocurre cuando aprendemos a integrar equipos de trabajo sinérgicos que alinean sus
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