En “Ciencia y Técnica como Ideología” Jürgen Habermas analiza el papel dominante de la ciencia aplicada a las invenciones de la modernidad, gestionada por sistemas burocráticos de gran calado, carentes de emoción y protegidos por la ideología del lucro. En el medioevo el pensamiento científico tuvo sus gigantes pioneros, con hallazgos censurados por la Inquisición; hoy es conducido por grandes poderes bajo el imperio de marcas, patentes y derechos de autor, y es que mientras el desarrollo de las fuerzas productivas resulta ineluctable, sí es posible que su influjo desemboque en un mundo mejor: los nuevos descubrimientos médicos, digitales y el reencauce del Internet para forjar un mundo más democrático e igualitario son tan solo unos ejemplos. De acuerdo con reportaje sobre el premio otorgado, publicado por NBC News, el sueño de Von Ahn ha sido inventar nuevas tecnologías para ayudar a reducir la desigualdad, por ejemplo, a través de