La Feria de Jocotenango
SOBREMESA
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Las crónicas de época de más de un siglo, describen la feria de agosto como la festividad más esperada y alegre de los antiguos moradores de la capital, ciudad descrita por propios o ajenos como silenciosa, aletargada y aburrida. Cada 15 de agosto, Guatemala amanecía de fiesta, con repique de campanas y explosiones por la quema de pólvora. Era día de asueto, de misa de tres padres cantada en latín, entre nubecitas de incienso y aroma de flores silvestres; de estreno de vestido, de procesión en honor a la patrona, la Virgen de la Asunción, de cantineo y paseos por una feria muy concurrida y colorida por sus ventas de fruta, dulces, ganado y, con el tiempo, por sus novedosas diversiones. Cada agosto bajaban de la provincia romerías de comerciantes, artesanos y ganaderos, y poblaban los llanos de la feria con el cargamento de tanates, redes, canastos y bestias. Se
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