Todd Robinson de regreso
Los vividores a costa de los demás nunca cejan en sus propósitos. Pues, por supuesto, han de comer a diario.
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Los vividores a costa de los demás nunca cejan en sus propósitos. Pues, por supuesto, han de comer a diario.
A Todd Robinson, después de su breve y fracasada incursión por Venezuela, nos lo ha endilgado de nuevo el flamante Secretario de Estado de Mr. Trump, Mike Pompeo. Como si no tuviéramos ya otros muchos de su calaña instalados cómodamente entre nosotros, y hasta algunos más igualmente afines a Mr. Obama y a Mr. Robinson aunque no sean gringos, tales como Edgar Gutiérrez, Eduardo Stein, Helen Mack y aun alguno que otro señorito del sector productivo del país así como demás personajes muy bien conocidos por estos lares. ¿Nos habremos vuelto para el Departamento de Estado, depósito de sus sobrantes perniciosos como si de ellos aquí no tuviéramos ya los suficientes autóctonos? Pero mi mayor preocupación por el futuro de este excepcional país y de sus tantos nobles moradores de mi conocimiento personal, entre los cuales quiero ahora recordar aquí al inolvidable y recién fallecido Guillermo Mata Amado, lo continúa
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