Los pobres, siempre los pobres
Hay cientos de asentamientos en condiciones precarias y peligrosas, sufriendo las inclemencias del tiempo, y creo que cada día le dan gracias a Dios el amanecer con vida.
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Hay cientos de asentamientos en condiciones precarias y peligrosas, sufriendo las inclemencias del tiempo, y creo que cada día le dan gracias a Dios el amanecer con vida.
No deseamos que a quienes más recursos económicos tienen, les suceda una tragedia como la sufrida por quienes se ven obligados a vivir, si puede llamarse así, en lugares vulnerables y en condiciones infrahumanas. Pero así sobreviven millares de guatemaltecos que no tienen ni petate donde caer muertos. Pero eso nunca se los desearemos a los que nadan en la abundancia, pues ningún ser humano, independientemente de su condición, debe morir o sufrir lo que han sufrido miles de guatemaltecos en esta catástrofe, que nos recuerdan los duros momentos del cuatro de febrero de mil novecientos setenta y seis, cuando se produjo el terremoto del adobe, así llamado porque fueron las casas de adobe las que se vinieron abajo, y sepultaron a más de veinticinco mil guatemaltecos, todos de escasos recursos económicos. Hoy en día se encuentran bajo el Puente Belice, cientos de familias a quienes solo se les buscará
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