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Como es del conocimiento público, la Comisión de Asuntos Electorales del Congreso, aprovechando el clamor popular por la reforma al sistema político electoral, está discutiendo y aprobando posibles reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP). No obstante, si bien la población demanda reformas estructurales al sistema político electoral, pareciera que entre los diputados priva más la predisposición a la ocurrencia y al gatopardismo que la necesaria propuesta seria y responsable. Lamentablemente, la actual magistratura del Tribunal Supremo Electoral (TSE) tampoco está a la altura de las circunstancias. Para comenzar se esperaría que la magistratura del TSE aceptara que se equivocó al impulsar varias de las reformas a la LEPP que se aprobaron el año pasado, y que propusiera su reversión, tales como: (i) La presidencia rotativa del TSE; (ii) La absoluta discrecionalidad de la autoridad electoral en la determinación de campaña anticipada; (iii) La insensata e inconstitucional
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