Sentido común: el engaño como herramienta política
Y por eso hoy hemos aprendido que más allá de las etapas visibles de cada cambio social violento, le anteceden conjuras y planes ocultos o conspiraciones engañosas de toda índole.
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Y por eso hoy hemos aprendido que más allá de las etapas visibles de cada cambio social violento, le anteceden conjuras y planes ocultos o conspiraciones engañosas de toda índole.
La mentira entre los hombres es tan antigua como la misma especie humana. Por mentira entiendo aquí el afirmar o negar algo ante otros que sabemos en lo íntimo de nuestra conciencia que es lo opuesto a lo real. Pero me interesa más aquí una variante de lo mismo: el engaño, que es una mentira disfrazada de verdad y que, además, hasta podemos hacerlo inconscientemente a nosotros mismos. A esto último también se le llama “auto-engaño”. Y por ello nos auto-engañamos motivados por deseos o esperanzas de los que no tenemos plena consciencia. Así entendido, todo auto-engaño incluye mucho de ilusiones nada realistas o de miedos sumergidos. Su inevitable resultado es algo parecido a lo que llevó a madame Rolland, camino de la guillotina, a exclamar: “¡libertad, libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre!”. De la misma manera podríamos gritar hoy en Guatemala: “¡justicia, justicia, cuántos crímenes se cometen
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