¡No es normal!
Perder la dignidad.
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Perder la dignidad.
No, no es normal que sea la desesperanza la que impera en nuestras calles y montañas. Que aceptemos la crisis como normal. No es normal ver a tantos niños y ancianos pidiendo en las paradas. No, no es normal que un presidente, que ofreció donar parte de su sueldo para causas nobles, haya estado cobrando un sobresueldo de Q50,000 al mes (tampoco es legal). No, no es normal tantas carreteras colapsadas y comunidades aisladas sufriendo zozobra. No, el silencio no es normal. No, no es normal que un buen porcentaje de diputados, destinados a hacer las leyes, estén en conflicto con la ley. Y menos que regulen vilmente a su favor y conveniencia pisoteando la esperanza popular. No es normal que se roben los ríos, que revienten las montañas verdes. No es normal que amanezca una avenida sin sus árboles centenarios. No es normal que uno de los países más
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