Pérdida de legitimidad
Las instituciones se conservan legítimas si muestran coherencia entre sus funciones y resultados.
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Las instituciones se conservan legítimas si muestran coherencia entre sus funciones y resultados.
La crisis política existente divide al país entre aquellos que invocan a toda costa el respeto institucional y los que buscan la defenestración del presidente y los diputados –que terminaron de carcomer la imagen del Congreso con los decretos aprobados el 13 de septiembre–. En teoría política el concepto que afirma “las personas pasan, pero las instituciones permanecen” es un axioma que tiene validez; no obstante, es insoslayable el hecho que los seres humanos las componen y que sin estos, dichos cuerpos políticos no existirían. Por ello, al final, son hombres y mujeres quienes determinan la marcha institucional y sobre todo, los que convalidan su legitimidad. Instituciones centenarias han sido transformadas o suprimidas ante el deterioro ocasionado por aquellos que las han deslegitimado con decisiones que llegaron al punto de desnaturalizarlas y convertirlas en factores dañinos para el progreso social. La clase política de Guatemala está en uno de sus
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