Orquídeas y propósito
Nunca es tarde para ser agradecido.
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Nunca es tarde para ser agradecido.
La próxima semana habrá una exposición de orquídeas y pensé que es momento oportuno para meditar sobre la importancia de ser agradecido y tener propósito. Gracias a María Antonia, Carlos y Roberto Lizama durante casi diez años de mi vida fui orquideólogo. En 1979 el colegio nos llevó a la exposición nacional y me impresionaron tanto aquellas flores complejas y altamente evolucionadas, que decidí no volver a clases. Me capeé del colegio y me quedé con el pretexto de ayudar a vender la rifa y ahí me regalé. De la mano de orquideólogos generosos como los Lizama, Beto y María Eugenia de Behar, Karl Robert y Hetti de Jacobs, Christa de Bickford, Carmen de Herman, Eduardo Tschen, Otto Tinschert, Bernd Kupferschmied, Juan Francisco y Ana María de Maldonado; así como con los Meng, los Dix y los Palmieri aprendí mucho de aquellas plantas maravillosas. En una época en la que
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