Horchata en las venas
EL BOBO DE LA CAJA
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EL BOBO DE LA CAJA
De gira por los rincones que el poeta Otto Pérez Molina denominó “la Guatemala profunda”, antenoche tuve tiempo de recorrer a pie las calles de la cabecera de Jalapa. La coartada era ir en busca de algún expendio, sentarme a tomar una cerveza y medir impresiones con la gente local; pero ya se sabe: es a medio camino entre el punto de partida y el de llegada donde aparecen los filones más reveladores. En una sola cuadra conté tres negocios de venta de ataúdes y servicios funerarios. ¡Tres! Y conste que ni el cementerio ni la morgue quedaban cerca. Qué montón de infelices han de morirse por acá para justificar tanta oferta, pensé para mis adentros no sin cierta turbación. Segundos después, en esa misma cuadra vi los cuerpos desparramados en la acera de dos fulanos, uno al pie de la mini tienda Tecúm, el otro veinte metros adelante, en
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