Con todo respeto
La única reforma constitucional que vale la pena es la que sitúe al pueblo en el Congreso.
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La única reforma constitucional que vale la pena es la que sitúe al pueblo en el Congreso.
El cambio de un solo artículo –uno solo– puede conseguirlo y conducirnos a la Patria distinta que anhelamos, Patria de todos y no solo de unos pocos. Es, así, como quedaría el artículo constitucional si logramos su reforma: “Artículo 157. – La potestad legislativa corresponde al Congreso de la República, compuesto por diputados electos directamente por el pueblo a través del sistema de distritos electorales pequeños. El Tribunal Supremo Electoral distribuirá la República en ciento sesenta distritos, teniendo cada uno el mismo número de ciudadanos empadronados o, al menos, parecido, debiendo establecer, dentro de la distribución citada, el distrito o distritos que correspondan a los ciudadanos guatemaltecos que se encuentren en el exterior de conformidad con los registros consulares. Cada distrito elegirá un solo diputado y lo hará por sufragio universal y secreto para un período de dos años. Todo ciudadano podrá inscribirse libremente como candidato a diputado en cualquier distrito
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