Lo que no se puede detener
Contrario a lo que algunos pensarán, el rompecabezas no se está armando, ni por asomo.
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Contrario a lo que algunos pensarán, el rompecabezas no se está armando, ni por asomo.
Un cuerpo enfermo en muchos de sus órganos requiere múltiples operaciones o cirugías de alto nivel de complejidad. No basta con uno o dos operativos, algunos temblores que solo remueven superficies. Se requiere que la palanca del retrete dé paso a una fuerte corriente de agua que dé paso a un contenido distinto, y no a una nueva acumulación de basura. No tenemos precedentes en Guatemala de lo que actualmente ocurre. Estamos al borde que en el Congreso queden pocos representantes que se salven de la lluvia de cuestionamientos. Lo mismo ocurre en una diversidad de ámbitos, que van desde otros círculos políticos, los órganos de justicia, las municipalidades, pasando por los medios de comunicación, los espacios empresariales, los sindicatos; seguramente se agregarán otros que hoy están en capilla ardiente. El caso Odebrecht abrirá variadas puertas por las cuales pasarán diputados, más exfuncionarios y una gama de personajes que aún
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