De la indiferencia al enojo social
No atender ni entender la realidad del momento que vivimos puede ser un acto suicida para el gobierno de turno.
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No atender ni entender la realidad del momento que vivimos puede ser un acto suicida para el gobierno de turno.
El año dio inicio con alzas en los precios de la gasolina, el gas y la luz eléctrica, insumos que impactan en los precios de la mayoría de productos y servicios que finalmente llegan más caros al usuario y consumidor. Tanto la inflación como la carestía en productos de consumo masivo, provocan siempre malestar social pues con los salarios mínimos existentes según los datos del INE, no alcanza ni para cubrir el 50 por ciento de la canasta básica. Cuando hay enojo social el Gobierno no solo tiene la responsabilidad de atender las legítimas preocupaciones de los ciudadanos, formulando políticas económicas y sociales más efectivas y transparentes que ayuden a mitigar los impactos del alza de precios en la economía familiar de las personas más vulnerables, pero sobre todo debe cuidarse doblemente de no incurrir en excesos en gastos superfluos y abusos de poder que prendan la chispa del estallido
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