Atender los riesgos del cambio
Se reproduce la lógica del conflicto armado.
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Se reproduce la lógica del conflicto armado.
La batida del orden mafioso depredador (por violento), parasitario (por sus códigos de corrupción) y simbiótico (porque generó relación de mutua dependencia con elites políticas, empresariales y profesionistas), tiene un impacto directo en el Estado central el cual, casi cada semana desde hace 17 meses, está siendo removido como nunca por los casos penales del MP y la CICIG. Esa batida, sin embargo, está provocando, en parte, que varios de los engranajes del sistema se traben. Las empresas contratistas de infraestructura o los proveedores mantienen la relación contractual con los ministerios y dependencias públicas, y hay miedo en la burocracia de continuarla. Pero eso implica el abandono de carreteras, logística portuaria, obras físicas y desabastecimiento general. Esa parálisis se abonó con una Ley de Contrataciones poco funcional, cuyo reglamento se conoció hasta mayo. Y, además, con el ingreso de una administración central novata. Como sea, los expedientes se acumulan en
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